Esther le observa en silencio, escondida entre las sombras para que el no la descubra. Agarra fuerte su pecho notando las pulsaciones de su pobre corazón destrozado. Ya hace demasiado que fantasea como debe ser estar entre sus brazos, el olor de su pelo recién lavado y salir a pasear cogiendole de la mano como una pareja normal.
Pero sabe que eso es imposible. Suspira y mete una mano en uno de los bolsillos de su abrigo, entre sus dedos nota el pequeño objeto metálico y se dedica a juguetear con él durante un rato. Nota la culpa en la boca de su estómago y observa su rostro en el escaparate que tiene justo enfrente. Aún no se acostumbra a su apariencia, ya no hay piel en aquella cara que durante años enamoró a miles de personas, sólo una masa de piel cicatrizante.
Ya no hay vuelta atrás, sabe lo que tiene que hacer. Del bolsillo del abrigo saca la cuchilla de afeitar con la que estaba jugando y hace el primer corte en su muñeca izquierda. La sangre no tarda en brotar. Repite la misma operación y se deja caer en el suelo con ambos brazos descansando en el suelo.
El color carmesí tiñe el asfalto y Esther espera conseguir la paz que tanto lleva esperando.
Mabel
¡Impresionante! Un abrazo Adriana y mi voto desde Andalucía
A.Moll
Gracias por su comentario, me alegro que le guste el relato
Lorena Rioseco Palacios
Notable y con un cierre magistral.
Mi voto y te invito a pasar por mis letras.
irisdeasomo
Genial, el final me ha encantado. Mi voto y saludos.
Anakin85
Cortito, pero realmente duro, el lado mas extremo de lo que un amor no correspondido te puede llegar a hacer. Un saludo y mi voto!
Julia.Ojidos
Una historia que se repite en los tiempos, el amor no correspondido. Una bella imagen en tus palabras.
Un fuerte abrazo y mi voto