_¡No dispares!_ le dijo con desesperación, mientras se sube el pantalón.
_Cariño, por favor, te lo suplico, ella solo vino a inyectarme la medicina_
El hombre temblaba por el miedo.
_Sí, claro, ¿ahora le dicen así?… Pues ahora les daré su inyección, ¡Malditos!_ Contestó la mujer apuntándolos con el cañón.
Horas más tarde, unos cadáveres fueron hallados por la policía. Sin una clara explicación.
_El sujeto padecía diabetes, ésta de acá era su enfermera y ésta otra, con el arma, no tiene identificación_ Comentó uno de los oficiales, señalando los tres cuerpos.
_Hay que llamar a la esposa del sujeto_ Concluyó la intervención del oficial.
Miguel Figueroa
Puerto Ordaz Venezuela.
16 Octubre 2.019
ZacaTena
Bueno. Mi voto
Mabel
¡Excelente! Un abrazo Miguel y mi voto desde Andalucía
Esruza
¡Qué tragedia!, suele pasar.
Mi voto
Esruza
michael
Muchas gracias por leer y comentar