No sé si mañana se acabará el mundo o no, pero la verdad es que ni siquiera me lo planteo, ya bastantes problemas tengo en mi vida. Y para muestra un botón: en sólo quince días me he quedado sin mujer, sin hijos, sin casa, sin amigos y sin familia. Os preguntaréis qué tipo de catástrofe se ha cebado en mi persona y sólo puedo decir que, lo que hoy es una maldición para mí, al resto del mundo le parece lo contrario. Al menos, a bote pronto.
Maldigo el día veintiocho de noviembre en que entré en la administración a sellar el boleto de la lotería. Quince millones tienen la culpa de todo.
Dr. Krapp
Lo entiendo. Saludos
Esruza
¡Increíble! pero así sucede.
Me gustó, te doy mi voto.
Estela
icorre
Muchas gracias por leerlo y por tu voto, Esruza!
icorre
Muchas gracias por tu tiempo y tu voto, Dr. Krapp!