Tan complaciente como se puede ser, fuiste tú…
tan entusiasta como es posible, llegaste a ser…
un cuerpo irremediablemente despierto
con entusiasmo similar al de la niñez
tus labios siempre dispuestos,
abrazos más eternos que mi soledad,
callando tus penas, a tus silencios viví condenado
En este rincón del sur al oriente que llamamos hogar
lejos de dónde queríamos estar,
Noches de éxtasis y calor con olor a vainilla y café
madrugadas de júbilo, temiendo lo inevitable
alimentándome del producto de tus manos y tus
caderas.
Hoy recojo el aire que nos falto,
las miradas que no nos dimos.
los perdones que nos callamos
el futuro que jamás imaginamos juntos
ahora en estas mañanas insaciables
los poros se erizan y me derrito en letras
las palabras se desbordan de mis labios
un nuevo adiós reposa en mis manos
¡Se oye de nuevo el reloj!
Tic toc, tic toc
callen el reloj, es el culpable
Tic toc, una vez más…
no es reloj,
es la tristeza,
tal vez somos nosotros
tal vez solo soy yo.
Mr Beni…
Mabel
Muy buen poema. Un abrazo y mi voto desde Andalucía
Esruza
Mr. Beni, me gustó mucho tu poema.
Mi voto y saludos
Estela