Cada mañana, al despertar, afloran las ideas como gotas de un río caudaloso y, si no me levantara de un tirón a abrir las compuertas para contar, discutir, planificar, escribir o realizar alguna, se inundarían los lagos de la mente hasta el plano de la locura.
Algunas son solo frases disparadoras de poemas, inicios de cuentos, flashes de pinturas, diseños y cambios en mi casa o ideas de negocios. Otras son resoluciones de problemas que me habría planteado días previos, o tienen formas definidas contenidas en muebles, prendas, accesorios u objetos decorativos que jamás había visto. Pocas tienen que ver con la realidad pasada, pero muchas se plasman en la realidad a corto o mediano tiempo. Algunas quedan en una pieza, otras se transforman en pequeñas colecciones. Muchas son libros enteros que esperan en estos anaqueles para ver la luz.
Esto de ser creativo tiene sus pro y sus contras. Igualmente me quedo con la bendición de la creatividad y de la duda, de la capacidad de cambio, de tomar las riendas para seguir o no seguir todas las reglas, de cuestionar cada cosa antes de aceptarla y abrir puertas en los muros o colgar hamacas en los árboles para aguantar el ritmo, los cambios, las diferencias y escapar de una, si fuera necesario.
Ojalá pudiera manejarlo de mejor manera, pero no soporto demasiado las rutinas. Ojalá pudiera ayudar a muchos con mis ideas, pero algunas son tan locas, que muchas veces simplemente no me escuchan ni se creen posibles hasta que mi infinita paciencia las lleva a cabo.
Pero, sin importar si el mundo me acepta, me cree o me incluye, yo me acepto, creo en mis ideas y me amo, tal y como soy, porque reconozco mi valor y mis límites.
Podré cambiar en muchos aspectos y aprender para evolucionar o mejorar, pero nunca podré dejar de ser yo misma, porque no se puede abandonar la esencia, no se puede abandonar el verdadero ser.
JR
@sandra_gutierrez_alvez – Profunda autoevaluacion escrita de manera muy hermosa.
Saludos!