Walter Alan
La prudencia no la confundas con cobardía.
La prudencia no la confundas con cobardía.
Si hablas mueres dice la censura.
En una isla se pierde cualquiera, entonces debes crear por encima de ti.
Apuesto que no llegaré a los 120, y al paso que voy no sé si llegue a diciembre.
No se yo si Felipe me quite la novia…
Mejor no voy.
¡Que venga a buscarme el Rey!
Ella se marchó a Sevilla, no la volví a ver jamás. Años después Otro la hizo reina y me volvieron a violar los derechos de verla.
Ella encendía un cigarrillo cuando escucha un tango, yo me asomaba a verla en mi ventana.
Fin.
No sé yo, pero ella temía más al licor que mis manos.
Y te juro que el honor de un hombre sucumbe antes sus piernas curvas bajo la ducha.
Tiró la puerta, con ese sonido cerró mi corazón.
La última vez que la vi llevaba consigo mi poema, un libro de Nietzsche y una pistola.
Todo ser de sombras tiene su propia luz.
No me pongan la mordaza, que mi lengua quema.
La verdad es una mala palabra en la política.
Me quieren muerto, porque vivo los amo.
Con censura no hay trato.
Querer morir significa que no tienes valor para afrontar la verdad.
Busca amigos en un gato, luego ve a por los hombres.
Tu meta no es el fin.